Palmeras Kanibales

Nuevamente nos vinieron a visitar y a entregar su música desde Venezuela los Palmeras Kanibales. Después de un lunes turisteando por Santiago con Armando, el baterista, donde nos pasamos de tomar un terremoto en La Piojera a comer un pedazo de torta al Emporio La Rosa, partí el martes con ellos a Valparaíso. Esta vez Javier no pudo venir, asique ocupé su lugar. Llegamos a la Piedra Feliz, nos instalamos, salimos a almorzar al mercado y nos fuimos a armar y probar sonido al Parque Italia, donde tocaron en el acto final de la marcha por la pastilla del día después. Problemas técnicos y un sistema no muy bueno que hizo difícil dejar sonando el asunto, pero un par de temas después ya estaba arreglado (dentro de). Volvemos a la Piedra a preparar el show de la noche. No mucha gente, entre ellos un loco jugoso clon del vocalista de Ska-P... odioso!! al otro día caché que trabajaba ahí jaja.
Cuando ibamos a empezar a probar me di cuenta que había dejado mis fonos en la consola del otro show. Maldición! Me consigo el teléfono del encargado y afortunadamente él me los había guardado. Afortunadamente también, el loco sabía que yo era amiga del Marcelo (un colega porteño), asique le había avisado a él que me los tenía. Beneficios de la popularidad jajaja. La cosa es que a la mañana del miércoles ya los tenía en mi poder.
Para el miércoles había un tercer show en Valpo... estaba la posibilidad de tocar en el Huevo junto a una banda metalera (nada que ver!), finalmente se hizo un segundo show en la Piedra Feliz. Después de almorzar ahí mismo (toda la gente de allá un 7! nos atendieron super bien, nos alojaron y nos alimentaron) fui con Armando a hacer un nuevo tour, esta vez porViña. Caminamos un montón, anduvimos por la playa, por Libertad, nos fuimos a la Quinta Vergara, al centro, al reloj de flores y volvimos al puerto.
Fuimos todos + Chago y familia a comer a un restaurant chino. Mil veces la garzona tuvo que explicar qué era el chapsui y qué era la carne mongoliana jajaja. Llegó la hora del show y esta vez sí estaba lleno el local.
Lo único malo de todo eran los baños del hotel, el de los hombres parece que era una cosa asquerosa, el de mujeres no tanto, pero ni pensar en meterse a esas duchas. Nadie se bañó en toda la estadía en Valparaíso... bueno, mal que mal yo iba en lugar del Freak, asique correspondía la falta de higiene jaja.
El jueves temprano partimos de vuelta a Santiago. Yo me voy pa la casa y ellos siguen rumbo a Buenos Aires.